La concentración más numerosa tuvo lugar en Zaragoza con 4000 vehículos, mientras que en Teruel se dieron cita 700 coches y a la de Huesca acudieron 450. Con esta masiva asistencia se pone de manifiesto la ausencia de búsqueda de consenso por parte del Ejecutivo, que ha rechazado esta demanda social y margina la facultad de las familias a la hora de elegir centro.
Una ley educativa ha de basarse siempre en un pacto consistente cimentado en un diálogo constructivo y fluido. Se ha de poner a todo el alumnado en el centro, contemplar mejoras sustanciales para todos los docentes y reconocer la existencia del Personal de Administración y Servicios como parte imprescindible de los centros.
Nos oponemos a ser subsidiarios. Con este concepto se favorece la división, el recelo y la falsa creencia de que unos son mejores que otros.
Buscamos una ley en la que se equipare inversión, plazos de trabajo y salario.
Consideramos que la escuela concertada merece el respeto que da tener escolarizado a un 30% de la población escolar y no asumir con resignación que somos necesarios solamente porque sería imposible reubicar a todo el alumnado en otros centros. Queremos ser parte activa de la educación, que se nos tenga en cuenta y que nuestro alumnado reciba el mismo trato.
La clase política debe tener clarísimo que cada norma propuesta debe acatar un principio inamovible, el de que todos somos iguales ante la ley. Y nada puede ser más positivo que esa igualdad entendida como cuidar más y potenciar más a quien más lo necesita.
Esperamos que este acto tenga como respuesta un replanteamiento hacia nuevos escenarios, así como una nueva voluntad para escuchar a las miles de personas que ayer se pronunciaron en contra de esta ley. Deseamos que nuestra voz sea escuchada y se propicie un nuevo pacto hacia una realidad más igualitaria.